Descripción

Comience el día en Cabo da Roca, el punto más occidental de Europa continental. Aquí, los escarpados acantilados se sumergen de forma espectacular en el océano Atlántico, ofreciendo unas vistas impresionantes y la auténtica sensación de estar en el fin del mundo.

Desde la costa, continúe hacia el interior hasta llegar al encantador pueblo de Sintra, declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO y famoso por su romántico paisaje cultural. Pasee por el centro histórico, donde las calles empedradas, las pintorescas tiendas y las acogedoras cafeterías le invitan a explorar a su propio ritmo. Disfrute de tiempo libre para almorzar y empaparse del ambiente de cuento de hadas que ha inspirado a poetas y viajeros durante siglos.

A continuación, visite el majestuoso Palacio de Pena, encaramado en lo alto de las montañas de Sintra. Este colorido y caprichoso palacio combina los estilos gótico, renacentista y morisco, y ofrece vistas panorámicas de las exuberantes colinas y del Atlántico más allá, una verdadera obra maestra arquitectónica del romanticismo del siglo XIX.

Después de explorar Sintra, regrese a la costa y haga una parada en la playa de Guincho, una vasta extensión de arena dorada enmarcada por dunas y olas espectaculares, muy apreciada por los surfistas y los amantes de la naturaleza.

Continúe hasta Boca do Inferno (Boca del Infierno), una impresionante formación rocosa junto al mar donde la fuerza del océano ha esculpido un abismo natural, creando un espectáculo hipnótico de olas rompiendo.

Llegue a Cascais, un encantador antiguo pueblo de pescadores que se convirtió en un elegante refugio para la nobleza portuguesa. Pasee por sus elegantes calles, admire el puerto deportivo y disfrute del relajado ambiente costero que caracteriza a esta joya del mar.

Termine su viaje con una visita panorámica a Estoril, famosa por su gran casino, uno de los más grandes de Europa, y por su rica historia de elegancia e intriga.

Por último, regrese a Lisboa con el recuerdo de la belleza costera, el patrimonio real y el encanto atemporal de Portugal.